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La importancia de las emociones en los primeros años de aprendizaje

Que el mayor objetivo de nuestra vida sea alcanzar el bienestar y la felicidad, es una idea relativamente nueva, ya que a lo largo de la historia religiones y creencias han marcado el sentido de la vida del ser humano.

Sin embargo, en la sociedad moderna surgió un concepto menos idealista: el de alcanzar la felicidad a través de la realización personal y de las relaciones personales. Pero este nuevo concepto para adultos dejó totalmente en el olvido la primera fase educativa de un niño, un error que hemos arrastrado hasta la actualidad.

Todos lo hemos vivido, nuestra educación se ha centrado en la enseñanza de números y palabras, ciencia e historia y otros aspectos como la cultura o los negocios. Durante mucho tiempo nos hemos olvidado de las funciones emocionales básicas o del aprendizaje de sentimientos tan importantes como la empatía.

Se podría decir que hemos heredado una visión demasiado romántica y muy poco analítica de las emociones, un romanticismo que ha tenido una consecuencia muy contundente. Si las emociones ni se analizan ni se enseñan, será muy difícil controlar el estado de ánimo.

Por tanto, la educación en los primeros años de vida debería centrarse en potenciar las habilidades emocionales de los niños, contribuyendo de esa forma a mejorar la capacidad de "inteligencia emocional”, un concepto que Daniel Goleman acuñó en 1995, tan importante como para cambiar el rumbo de muchos procesos cognitivos y educativos.

Ser inteligente emocionalmente es saber reconocer y gestionar nuestras propias emociones, así como tener empatía hacia las emociones de los demás. Por eso la cuestión clave aquí, y lo que se debería transmitir a los progenitores es que, tan importante es la inteligencia emocional de un niño como la de un educador o la de los propios padres, que al fin y al cabo son los que transmiten normas, conocimiento y patrones de comportamiento a los niños en sus primeros años de vida.

La elección de un centro educativo para nuestros hijos que cumpla con estos requisitos es esencial para asegurar una base educativa óptima.

Por eso, en Loreka Haur Eskola trabajamos cada día para que la educación emocional cumpla un papel esencial en la primera etapa de aprendizaje, siendo como adultos un buen modelo, favoreciendo la alfabetización emocional que es poner en palabras lo que están sintiendo, acompañándolos sin juicios y con afecto para que vayan aprendiendo a regularse cuando se desbordan emocionalmente y dándoles herramientas para que poco a poco puedan ir aprendiendo a gestionar esas emociones.

Apostamos por una estructura emocional equilibrada para tener calidad de vida y una excelente salud física y emocional.

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